jueves, 3 de septiembre de 2015

Mar enbravecido.

Cuando el mar, embravecido,
nos ofrece su belleza,
sus olas, su colorido,
don de la naturaleza,
enerva nuestros sentidos,
tan magna contemplación,
quedamos agradecidos.
Parece una bendición,
del cielo, que nos ofrece
tan sublime realidad,
que nada la ensombrece.
¡Todo es luminosidad!

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