Me miro al espejo y veo
mi continuo deterioro,
aunque en él no me recreo
me entristece y lo deploro.
Sin embargo, me resisto
a preocuparme por ello,
puesto que estaba previsto,
porque mi interior es bello.
Hay algo espectacular
que nos hace diferentes,
un destello peculia
observado por las gentes,
que te aprecia y se valora.
Es parte de la prestancia
que todavía nos aflora
de nuestra pobre fragancia..
La belleza no es la puerta
de la vida, es el placer
de vivir, de estar despierta
y seguir tu amanecer.
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