Casi siempre, en el azar
te tocó la peor parte,
desde niña, al caminar
tuviste que acostumbrarte.
Creciste en la pobreza
rodeada de miseria,
ni te ayudó la belleza,
solo el rumor de la feria.
Así te hiciste mayor
en la misma caravana,
"de babor a estribor",
en esa vida mundana.
No conociste el amor,
ni de tus padres siquiera,
solo un triste desamor
que te brindaban afuera.
Tu vida fue el deterioro
de un corazón mal herido,
de mas quilates que el oro,
desengañado, afligido.
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