lunes, 1 de enero de 2018

El viento.

El viento estrepitoso
impacienta mi cerebro,
su rugido bochornoso
deshenebra lo que henebro.
Azota mis impresiones,
restando mi movimiento;
mitiga mis ilusiones
mientras ruge de contento.
No obstante, sabe arrastrar
efectos contaminantes
para nuestro respirar,
que pueden ser degradantes.
Sabia es la naturaleza
que nos sabe reciclar
átomos de la maleza
para luego mejorar.

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