lunes, 6 de mayo de 2019

Insignificancia.

Aliento mis sentimientos
con las insignificancias,
no hay penas ni lamentos,
serán solo extravagancias.
¿Para qué vivir muriendo
si me sonríe la vida?
solo falta estar queriendo
para abrigar la partida.
Yo confío plenamente
en lo que el mundo me ofrece,
mas sería impertinente
porque él no lo merece.
El pensamiento me ofende,
lo mas sensible que tengo,
porque, sin querer pretende
airear lo que mantengo.
Y aquello ya se esfumó,
se fue para no volver,
ya que en el fondo quedó
lo que no se puede ver.
A veces,  no es conveniente
querer abarcarlo todo,
porque se hunde la mente,
sin estar codo con codo.
Me basta con ir viviendo
libre, paulatinamente,
eso es lo que si entiendo,
no idear constantemente.

No hay comentarios:

Publicar un comentario