Un día más.

Estoy mirando las flores
después de mi comilona,
paraa mí son los albores
del café en la dormilona.
Tengo ventajas ocultas
que me rinden por la edad,
que no tienen las adultas,
quizás por dificultad.
No es que sea privilegiada,
mi cuerpo es la realidad
y  en él estoy anclada,
quizás por la urbanidad.
La contemplación influye
en todo mi bienestar,
la naturaleza fluye
para alegrar ese estar.
Mi tiempo para pensar,
para hacer y deshacer,
para reir y alcanzar,
se debe a mi entretener.
No hay males  que me maltraten,
ni persoas que me acosen,
ni obras que me arrebaten,
ni impropios que me rocen.
Vivo como otras personas,
mas o menos de mi edad,
quizás somos machaconas,
que lo somos, en verdad.