Tan pronto veto mi estado
como le doy rienda suelta,
en lo llamado acabado
y ahora le doy la vuelta .
Difiero en sintonizar
los haberes cotidianos,
un día digo a pasear
y otros a tender las manos
a personas incapaces
de, por sí solas, volar,
para que sean más audaces
y, en la mente, despertar
a otros sistemas de vida,
que, siendo simples, evite
de nuevo otra caída,
si su estado lo permite.
A veces, me siento dueña
de mis antiguos prejuicios
que, mas o menos enseña
a controlar los perjuicios.
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