Fiesta.

 Como en un pajar estoy,

sin  novio y sin aguja,

es como un reflejo, hoy,

de un pasado que embruja.

Sin resabios de otra era,

mas difícil en contactos,

que a mi no se me diera,

pero que fueron nefastos.

Ahora, todo es singular,

sin enredos, ni tapujos,

se brindan a conjugar

su cariño con sus flujos.

Son libres, al parecer,

en sus actos, en su amor,

ya  no hay nada que temer,

sea cual fuere su color.

No hay intriga manifiesta,

solo es cuestión de dos,

para ellos, una fiesta

que disfrutarán en pos.

Talismán.

 El talismán de la vida,

aunque mucho lo busqué,

nunca me dio la venida,

quizá, algún día lo veré.

Lo necesité en un tiempo

y no pasó por mi lado,

ni siquiera con el viento

y ya me fue denegado.

Si lo encontrara ahora,

quizá, lo regalaría,

ya no hay motivo ni gloria,

ni de alivio me servía.

Mi talismán son los años,

que, día a día, me enseñaron,

con alegrías y con daños,

vivencias que marcaron.

Ya estoy retratada,

con abundancia experiencia,

que estoy ya consolidada,

dentro de la propia ciencia.  

Nimiedad.

Estoy entre tierra y cielo, 

contenta en mi posición, 

todavía pisando el suelo, 

con pauta y con devoción. 

Porque soy afortunada

 sin apenas darme cuenta 

y, además acostumbrada, 

en verdad, estoy contenta. 

Todavía, aprecio el sonido

del gran rugido del viento, 

como mucho, en mi sentido, 

con la nieve, me deleito. 

Todo, para mi es belleza, 

hasta el aire que respiro, 

don de la naturaleza, 

incluso, hasta el suspiro. 

Que intento llevar muy lejos, 

que será donde lo envío, p

ara recibir reflejos

de ese amor en quien confío.

Carpetazo.

Almaceno día tras día, 

 cuestiones irresolvibles

 que antes bien las resolvía

 y ahora son destructibles.

El papeleo es constante, 

antes lo leo "a priori" 

y me parce alarmante 

y lo rompo "a posteriori".

Son extensos y confusos,

 tanto, que no los comprendo, 

no lo hicieron para ilusos,

carpetazo y a otro cuento. 

Con poco tengo bastante, 

demasiado para mí, 

ya que no soy la de antes, 

ni tampoco la que fui. 

No obstante, es mi decisión:

primero hay noes y síes 

y resuelvo la cuestión, 

con la frase "no te fíes". 

Así me quedo tranquila

he hecho lo que sabia,

continúo en esta fila, 

sin ver lo que antes veía.

Calvario.

  Vino a  casa la enfermera

a nivelar el sintrón,

que pareció que no era

causa de mi devoción.

Me tilda de impaciente,

sin tener motivo a ello,

¿por qué está mi subconsciente

tan cerquita del destello?

Con poca cosa, me altero,

deficiencia manifiesta,

si no hay mas, me recupero

y a todo estoy dispuesta.

Las personas altaneras

jamás fueron de mi agrado,

si, en cambio, son sinceras,

de rango atemperado.

Necesito comprensión

para poder convivir

y, a la par, educación,

¡así sería tan feliz!

Yo, como enferma, no puedo

condenarme a diario

a callar, porque no debo,

sería un triste calvario.

Soñar...

 Dicen que la vida es breve,

para mí,   viviendo tanto,

me parece que aún se debe,

vivirla sin saber cuanto-

Nadie se quiere morir,

porque la vida es bella

tengas, o n o. que sufrir,

sigues amándola a ella.

Tiene sus pros y sus contras,

todas ellas niveladas,

algunas, llenas de sombras

y otras, engalanadas.

Hay que aprender a vivirla,

que es difícil, en verdad,

o, por lo menos, sentirla,

que es una divinidad.

Viene a ser muy divergente,

pero, siempre, encantadora,

para una y otra gente

se convierte en soñadora.

Se cuenta...

     Una vez había hombre,

mentecato, empedernido,

para que no os asombre,

os diré que era entendido

en palaciegas rutinas,

por eso, se lo rifaban

las mocitas vespertinas,

para ver si le sacaban

esas clases anodinas.

Modos para ensalzarse

en su rango financiero

y también para educarse

y entrar en el palaciego.

Algunas, lo consiguieron.

machacando su versión

o, por lo menos, tuvieron

una buena diversión.

Atrajo hasta a los plebeyos,

con engaños manifiestos,

pero nunca fueron ellos

los que lograron efectos.

Abismo.

Cuando el corazón se niega,

no hay nada que lo domine.

la sangre ya no lo riega,

ni la mente lo corrige.

Estos absurdos momentos

se dan en mil ocasiones,

lo ocasionan los lamentos

y el temor a decisiones,

No se pueden remediar, 

es superior a uno mismo

estás dispuesto a pecar

o  caer en un abismo.

Hay circunstancias muy tensas.

para encontrar su camino

y sin querer, ya no piensas

y te labras tu destino,

me dan miedo, me dan pena,

mucho antes de tildarlos,

sin saber que los genera

hay que aprender a amarlos.

La pócima del cariño

sería la mas adecuada

y, ahora, a ella me ciño,

porque esta ya caducada.

Savia es La compasión,

que, en estos caso. exige

estudiar la dimensión,

que es la que la dirige. 

0bliación.

 Pasa un día y otro día

y la espera se hace larga,

el desespero sería

para emborrachar la calma.

Estamos acostumbrados

a pedir y a recibir,

eso en tiempos pasados

y hoy se hace dirimir.

Lo que toca es la espera,

"todo empieza y todo acaba",

un dicho para cualquiera

que, en su momento, se daba.

Amo la tranquilidad,

que está muy lejos de mi,

una hermosa cualidad

que me acusa, de por si.

Pero que, en este caso,

se hace obligatoria,

por consiguiente, si paso,

no es para estar en la gloria.  

Rectificar.

 Cuando digo que mi vida

la vivo para mi misma,

es que soy muy atrevida

quiero elevar mi carisma.

¿Cómo puedo decir eso.

si soy hasta bisabuela,

si estoy sedienta de un beso

y ese beso, nunca vuela?

Mi pensamiento está en ellos,

que si ríen, que si lloran

y eso me engendra celos,

porque mis deseos  no afloran.

Todos bien, todos me quieren,

no hay bicisitudes,

pero ignoro sus haceres

entre enormes multitudes.

Para mí, todo va bien,

me explican hasta sus juegod

y el día a día, también,

evitan mis desconsuelos.

La verdad, es que todos viven

en un ambiente ejemplar,

pero, casi todos, siguen,

sin besarme, por igual.

si soy hasta bisabuela 

que estoy sedienta de un beso

Básico.

 Se lucha airadamente,

sin hacerle daño a nadie,

así lo pide la mente,

siempre que la luz irradie.

Si es mental, un paraíso,

que todos ambicionamos,

aunque, en mí, fuera conciso,

algo habrá si almacenamos.

No me gusta comparar

lo mínimo con lo máximo,

todo vale en el azar,

me contento con lo básico.

pues la razón ya la tengo

y con eso mantengo

para valorar mi escudo.

Soy voluble como el viento,

con altibajos marcados,

que dependen de mi aliento,

poco o mucho, alterados.

Quisiera seguir un ritmo,

fuera de la ansiedad,

aunque sea un optimismo

de la propia realidad.

Mi ego.

 Estoy como relajada,

ya no parezco la misma

otra vez me siento anclada

a un  novedoso carisma,

de persona relajada,

llena de paz, de sosiego,

no aspiro, de nievo, a nada,

solo me importa mi ego.

Quisiera, a solas, quererme,

con lo que tengo y deseo,

me basto para entenderme,

otra manera no veo.

Me siento feliz con eso,

que es un dato positivo

sin abrazo y sin beso,

sin nada mas aditivo.

Porque se que llegará,

mas tarde, o mas temprano

y ese anhelo será,

sin duda, el mas ufano.

Domino mi sentimiento,

que jamás lo había hecho

pero ha llegado el momento

se asirme a algún derecho.  

Cafetería.

 El lugar, es atractivo,

su decoración perfecta,

como a rural parecido

por eso, tanto me afecta.

Te evades hacia las huertas,

con verduras disecadas,

los hórreos llenos de hierbas,

bien puestas y almacenadas.

Un recuerdo de otros tiempos

vividos entre pastores,

que ahora parecen cuentos,

aunque sean nuestros amores.

La luz, irradia alegría 

y las flores en la mesa

son motivos de buen día,

todo junto, embelesa.

Una hora es bastante

para escribir mi poesía,

alegre de buen talante,

como, en tiempos, no veía.

Mi bien estar se desborda,

para mí, en demasía,

aunque la estancia sea corta,

es mucho, día tras día.

Morir.

 Lo opuesto a nacer,

será el término morir,

la primera está en crecer

y la segunda, en sufrir.

Pero ambas, siendo opuestas,

se asemejan en un punto,

las dos tienen sus respuestas,

primando un solo conjunto.

Según permite la vida,

depende de consecuencias,

de que su Dios las admita

en sus claras concurrencias.

Todos somos consecuentes

de que la vida se extingue

y debemos ser conscientes

de la hora decidida,

El miedo no está conmigo,

pronto me vendrá a buscar,

para llevarme consigo,

Le atenderé al llamar.

Nacer.

 La esperanza de nacer,

es la esencia del amor,

sublime para entender.

es el cáliz de la flor.

El bebé, es dependiente

del cariño engendrado

y, en los padres, será urgente,

criarlo, en buen estado.

Con esmero, con paciencia,

educándolo a destajo,

según sea su inteligencia,

de un nivel alto, o bajo.

Ayudándole a crecer

en un ambiente sereno,

para darle a entender

lo noble, lo verdadero.

Será un ser de provecho,

que podrá estar orgulloso

de sus padres, si han hecho

lo corriente, lo ambicioso.

Ser, de ellos, un modelo,

un éxito, una ambición

y, por ambos, un anhelo

de seguir su tradición. 

Calvario.

Hoy, se acabó mi calvario

¡vuelvo a la cafetería!

como lo hacía a diario,

ha empezado mi alegría.

En casa, siempre metida,

me sentía ahogada,

soñé con esta medida,

porque me siento amparada.

Estoy rejuvenecida,

me han quitado equis años

y no me encuentro aburrida,

fuera ya los desengaños.

Empezó mi bienestar,

porque poco necesito,

solo el hecho de andar.

para mí, es un requisito.

Hasta de satisfacción

como si fuera un niño,

aprovecho esta ocasión

que, con agrado, me ciño. 

Furia.

 Aunque  no debo quejarme,

pienso en un mundo mejor,

sin problemas, sin alarde,

donde se premie el amor.

Si miro a mi alrededor,

solo veo disturbios, quejas,

de lo malo, lo peor,

o lo tomas, o lo dejas.

Incluso, se ha abierto un odio,

muy difícil de calmar,

se ha magnificado un podio,

tan solo para enredar.

Todo es cuestión de reclamo,

de exigir lo que se quiere,

"arréglalo como amo",

o el incordio se reviene.

Es verdad que el descontento

está muy exagerado,

no veo a nadie contento,

todo el mundo está alterado.

La paciencia es un poder,

que es útil para cualquiera,

acéptalo sin querer,

si la furia lo exigiera.

El cielo.

 El cielo es mi aliciente,

tanto si ríe, o si llora,

siempre, en mí, está presente.

en una u otra hora.

Mirándolo me consuelo,

sean cuales sean mis males,

es mi todo, es mi anhelo,

en un colmo de raudales.

Solo veo, en él, belleza,

en todo y cualquier momento,

la propia naturaleza

se alardea de contento.

Porque sabe definirse

con sus luces, sus colores,

sean cuales sean, al unirse,

todas son irisaciones.

Por la mañana, su luz,

por la tarde, el colorido

de la luna, en su trasluz,

cual si lo hubiese aprendido.

Todo lo que de él prende,

es único y hermoso,

al mirarlo, se comprende

que es útil y oneroso.

Al mirarlo, me ilumino,

me da vida, me da amor,

es como si fuese un mimo

de lo bueno, lo mejor.

El arreglo y la vejez.

 En casa, estoy arreglada,

como si fuese a la calle,

no me gusto desastrada,

e intento que esto no falle.

No tiene nada que ver

el arreglo y la vejez,

se ha, al contrario, ser

mas exquisita, a la vez.

Hay que seguir contemplando

el mínimo requisito,

el deterioro está hablando

a favor de lo exquisito.

Adecuado a mi edad

desde luego sin pasarse,

ya que hay facilidad

para vestir elegante.

Que ayuda a la prestancia,

para saber conservarla

junto con la arrogancia,

que tiene que acomodarla.

El bien vestir me entusiasma,

procuro ser consecuente

con el pudor, con la alarma,

y un poco inteligente.

Motivaciones.

 Seamos calificativos,

con amplia sinceridad,

para explicar los motivos

que necesito a mi edad.

Necesito muchas cosas

para seguir adelante,

no es que sean belicosas,

pero molestan bastante.

Me fastidia hasta el bastón

que me está hiriendo la mano,

una u otra desazón,

por mi padecer arcano.

Pedir, siempre estoy pidiendo:

lo primero, levantarme

y la ducha está corriendo,

luego, vestirme y calzarme.

Y un sinfín de requisitos

que llegan a atolondrarme:

los achaques ya prescritos

para poder ayudarme.

Para arreglar mi cara,

no necesito a nadie

la crema, siempre, me ampara

y hace que mi tez, "irradie"  

Desazón.

 Me convertí en lo que soy,

los años han conseguido

que, ahora, esté como estoy,

después del tiempo vivido.

Tengo derecho a creer

que fui mujer de provecho,

hice cuanto debí hacer,

un  buen camino a ese trecho.

El virus lo cambió todo,

me convirtió en holgazana,

un desagradable modo,

de la noche a la mañana.

¿Qué hago, que puedo hacer

con el deterioro habido,

que me ayuda a padecer?

"no todo es pan comido".

He acumulado ilusiones

y, aunque sea grato tenerlas,

y plenas de oraciones

no llegó el tiempo de verlas.

El beso que me hace falta,

puede que nunca me llegue

y mi corazón se exalta

contrito, porque se muere.

Satisfacción.

 La alegría se manifiesta

cuando algo te satisface,

como si fuera una fiesta,

encantadora, que place.

Una ilusión envidiada,

de un intrínsico valor,

que te deja entusiasmada

y agradece el corazón.

Rejuvenece tu estado

y agradeces con el alma,

porque es un dulce amasado,

para alardear de palma.

Algo que te dan, por nada,

aunque ese nada sea mucho,

es sentirte arropada

por otro amor, tan profundo.

Digno de valoración,

porque no se da a cualquiera,

es como una bendición

que te la dan desde fuera.

Evaluacion.

 Cuando hago evaluación

del espacio de mi vida,

llego a la conclusión

que  no estuvo bien medida.

Hay muchos remordimientos

en todo, en el conjunto,

por no hacer bien lo debido

en muchos  de mis momentos.

Me educaron de una forma

falta de la realidad

ignorando otra horma:

la de la ingrata maldad.

Siendo joven, no dudé

de nadie, en absoluto

y así lo asimilé

en todo, punto por punto.

Eso, me valió sufrir,

pues todo el mundo no es bueno,

y no supe distinguir

lo falso de lo ameno.

Y así fue, que me engañaron

en diversa ocasiones

incluso cuando "me amaron",

con máximas ilusiones.

Una de la oscuridad,

que mordió mi alegría

y hundió mi tranquilidad,

para dejarme vacía.