El cielo es mi aliciente,
tanto si ríe, o si llora,
siempre, en mí, está presente.
en una u otra hora.
Mirándolo me consuelo,
sean cuales sean mis males,
es mi todo, es mi anhelo,
en un colmo de raudales.
Solo veo, en él, belleza,
en todo y cualquier momento,
la propia naturaleza
se alardea de contento.
Porque sabe definirse
con sus luces, sus colores,
sean cuales sean, al unirse,
todas son irisaciones.
Por la mañana, su luz,
por la tarde, el colorido
de la luna, en su trasluz,
cual si lo hubiese aprendido.
Todo lo que de él prende,
es único y hermoso,
al mirarlo, se comprende
que es útil y oneroso.
Al mirarlo, me ilumino,
me da vida, me da amor,
es como si fuese un mimo
de lo bueno, lo mejor.
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