Lo opuesto a nacer,
será el término morir,
la primera está en crecer
y la segunda, en sufrir.
Pero ambas, siendo opuestas,
se asemejan en un punto,
las dos tienen sus respuestas,
primando un solo conjunto.
Según permite la vida,
depende de consecuencias,
de que su Dios las admita
en sus claras concurrencias.
Todos somos consecuentes
de que la vida se extingue
y debemos ser conscientes
de la hora decidida,
El miedo no está conmigo,
pronto me vendrá a buscar,
para llevarme consigo,
Le atenderé al llamar.
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