Me convertí en lo que soy,
los años han conseguido
que, ahora, esté como estoy,
después del tiempo vivido.
Tengo derecho a creer
que fui mujer de provecho,
hice cuanto debí hacer,
un buen camino a ese trecho.
El virus lo cambió todo,
me convirtió en holgazana,
un desagradable modo,
de la noche a la mañana.
¿Qué hago, que puedo hacer
con el deterioro habido,
que me ayuda a padecer?
"no todo es pan comido".
He acumulado ilusiones
y, aunque sea grato tenerlas,
y plenas de oraciones
no llegó el tiempo de verlas.
El beso que me hace falta,
puede que nunca me llegue
y mi corazón se exalta
contrito, porque se muere.
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