domingo, 14 de diciembre de 2014

Entrega perfecta.

Estuve contigo, un día,
tan feliz y enamorada,
enteramente entregada
a todo lo que veía.
Recuerdo lo que decías,
tus gestos, tus reacciones,
todas tus motivaciones,
incluso, lo que pedías.
Adivinaba, en tus ojos,
tus mínimos pensamientos
y te hacía ofrecimientos,
para saciar tus antojos.
Estabas tan complaciente,
como jamás lo estuviste
y, por eso, me tuviste
tuya, incondicionalmente.
Esta entrega, tan perfecta,
fue, realmente, admirable,
a todos, aconsejable,
por lo bonita, aunque recta.
Las palabras, no abundaron
y, acaso, nos entendimos
mejor de lo que creímos,
con lo poco que expresaron.
Si no puedes comprenderte,
por medio de la mirada,
puedes dar por terminada,
eso que llamamos suerte.

No hay comentarios:

Publicar un comentario