Me desperté intranquila,
perdida, desorientada.
Me relajó una tila
y ya, un tanto sosegada,
quise ir recopilando,
uno a uno, los pasajes
de ese sueño, recordando
sus extraños engranajes.
Todo, se relacionaba
con una bella sirena,
que reía, que bailaba,
con gracia, sobre la arena.
Sus escamas, me impactaron,
de innumerables colores,
reflectantes, que grabaron,
de la playa, sus olores.
Su boca, era de rubí,
de esmeraldas, sus ojos
y sus dientes, yo creí
de perlas, a mis antojos.
De su cola, resaltaban
innumerables brillantes,
que mis retinas cegaban,
con sus brillos rutilantes.
Toda esa bella estructura,
cuando se acercaba a mí,
un ogro era su figura
y, de sopor, me encendí.
Toda esta perplejidad,
en miedo se convirtió
y mis nervios, a mi dad,
los vulneró, los hirió.
Esos sueños, magistrales,
se nos dan, de vez en cuando,
tan raros, tan irreales,
que se nos van olvidando.
Mas, hoy, quiero plasmar
ese cúmulo de errores,
que, en mi mente, al dormitar,
me ha causado sinsabores.
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La he compuesto, hoy.
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