Tú, vives equivocado,
solo a tu ego te aferras,
del buen criterio, aislado
y, con tus amigos, yerras.
¿Cómo es posible que seas
tan mezquino, tan rastrero?
¿Será, acaso, que no veas,
en tus costumbres, ni un pero?
Te alejas de la verdad
y, al mirarte en el espejo,
ocultas la realidad,
no la ves, quedas perplejo.
De tus planes, eres reo,
de tus caprichos, lo mismo
y, por consiguiente, creo,
que estás cerca de un abismo.
Desdoblas la humanidad,
en tu espíritu, en tu mente.
¡Luz verde a la dignidad!
Cambiarás, completamente.
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