Miro al horizonte y veo,
como el cielo besa al mar
y, como en un libro, leo
lo que quiere reflejar.
Moraleja, me parece
y, de ella, deduciré,
la lección que nos ofrece
y, enseguida, estudiaré:
Si al firmamento, gustoso,
no le importa descender,
siendo tan majestuoso,
quiere darnos a entender,
que no hay limitaciones
en el amor, en la vida
sólo priman las acciones,
con la humanidad debida.
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