Sé que estás esperando mi poesía,
(que ha llegado a ser obligatoria),
como en años atrás, en este día
y que será acogida con euforia.
Me mueve a componerla dos versiones:
La de felicitarte por tu Santo,
como se hace en estas ocasiones
y que tú has elogiado tanto.
Y la de agradecerte, por mi parte,
tu bondad y tu enorme negligencia,
al valorar lo que yo puedo darte,
que, a mi entender, se basa en preferencia
por la amistad que debo prodigarte,
henchida de lealtad y complacencia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario