viernes, 30 de enero de 2015

A mi hermana.

Yo quisiera, mi querida hermana,
verte, siempre, contenta y feliz,
que tu dicha de hoy y mañana,
no augurase ni un solo desliz.
Te mereces, por noble y por buena,
que consigas tu meta fijada,
que no empañe tu vida una pena
y, por todos, que seas muy amada.
Ya que compartes amor y alegría
con los seres que te rodeamos,
sería justo tener, día a día,
ese pago que todos ansiamos.
Yo no ignoro que vives dichosa,
por tener un marido tan fiel
y que puedes sentirte orgullosa,
de ese amor que recibes de él.
Si tus hijos y nietos te adoran,
si la vida te da bienestar,
si tus ojos sonríen y no lloran.
¿Que otra cosa puedes desear?



No hay comentarios:

Publicar un comentario