miércoles, 14 de enero de 2015

Mal recuerdo.

De nuevo, tu recuerdo vuelve a mí,
con mucha fuerza, con intensidad,
de día, de noche, no me deja dormir
y veo tu rostro, con toda claridad.
Como el último día en que te vi,
que marcó nuestra infelicidad,
aquel trágico día que te perdí,
que, en mi mente, grabado siempre está.
Tu cuerpo, desplomándose en el suelo,
con el rictus marcado de la muerte.
Yo quiero incorporarte, mas no puedo
¡Eras tan alto, tan robusto y fuerte!
Al instante, nos tienen rodeados,
veo cientos de personas, preguntando
el por qué de tu estado,
mientras, mis ojos tristes, van llorando.
Pidiendo, a gritos, que vengan a salvarte.
De mi flaqueza.sacando fuerza y brío,
busco, enseguida, quien creo pueda curarte,
mas, no es posible, hacer lo que yo pido.
En aquellos trágicos momentos,
hubiera dado mi vida, por la tuya,
lo recuerdo, como el peor tormento
que pueda imaginarse mente alguna,
Y oigo, desde entonces, un sonido,
horrendo, triste y despeluznante,
que, a todas horas, silva mis oídos,
del que jamás consigo separarme.
Es el de la ambulancia, abriendo paso,
entre el tumulto, entre toda la gente,
al que, siempre, se le suele hacer caso,
con la mayor premura, urgentemente....

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