Somos, reos del capricho,
que nos tienta, cada día,
y, al final, por lo que he dicho,
todo...., me apetecería.
No es posible, bascular,
entre uno, u otro objeto,
todos, dignos de aceptar,
no hay ninguno obsoleto.
Esta blusa, es preciosa,
me quedaría estupenda,,
acaso, sea muy lujosa,
¡pero, es una linda prenda!
Y esos pendientes, también,
son dignos de admiración,
y me quedarían muy bien.
delirio de ilusión.
Y, un etcétera, adecuado,
para nuestra ambigüedad.
¿Pero, antes, has pensado,
si es preciso, o vanidad?
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