Un laberinto, es mi mente,
pues, lucho, constantemente,
que camino he de seguir,
para orientar mi vivir,
entre tantos vericuetos,
que merecen mis respetos.
¡Todo está enmarañado!
Me gustaría, el izquierdo,
pero, a lo mejor, me pierdo.
El derecho, es mas recto,
y debe ser el correcto
pero, el perpendicular.
quizás, me sabría llevar,
al terreno afortunado.
Antes de emprenderlo, dudo,
me desdigo y acudo,
a mi pobre inteligencia,
despacito, con paciencia.
El mejor, para avanzar,
que tenga menos que andar,
porque, esto, es cansado.
Divago, estoy confundida,
porque, creo, que estoy perdida.
Pero, no, al fin, he salido,
aunque, no haya comprendido,
lo que quería averiguar,
mejor, volver a empezar.
¡Me arrepiento, me he agotado!
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