Aquella noche, oscura y tenebrosa,
mi ventana, la lluvia, golpeaba,
a la vez, que el trueno resonaba,
con onda tropical y estruendosa.
Toda esta variedad, tan enojosa,
mi miedo y terror, justificaba,
y mi fuero interno, reprochaba,
esta situación, tan bochornosa
Mi corazón, con lenguaje severo,
recuperó su tictac riguroso,
de forma natural, sin desespero.
Así pasé la noche, en reposo,
esperando que el cielo y su lucero,
convirtieran el día, en luminoso. .
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