La vejez, hoy la contemplo
en términos generales,
a mi pesar, como ejemplo
de tratamientos normales.
Somos tantos hoy en día
que se nos trata al igual,
solamente, yo diría,
que somos tal para cual.
Vivimos bien, sin familia,
eso sí muy bien cuidados,
sin obstáculos ni lidia,
normalmente, encerrados
en nuestro hogar, que es hermoso,
sin descuidar, al detalle,
para sentirse orgulloso
y olvidarse de la calle.
Yo sigo con el proyecto
de airearme las mañanas,
una rutina de aspecto
crónico, pero con ganas,
Añoramos los amores,
que permanecen distantes,
que olemos como a las flores,
de vez en cuando, constantes.
El WhatsApp, sustitutivo
de la lejana presencia,
para mí, es superlativo
en el amor y su esencia.
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