Soy feliz en mi ambiente propicio,
a mi manera de ser, a mi edad,
fuera de la locura y la ansiedad,
que las califico de suplicio.
Con un solo alboroto, me desquicio,
soy amante de la naturalidad.
como principio de la humildad
y la regla especial de un inicio.
Todavía me siento responsable,
la clausula de toda mi vida,
afortunadamente, entrañable.
Sigo en un principio, el que anida
en mi fuero interior que es amable
para el amor, al que me siento asida.
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