miércoles, 20 de marzo de 2019

La felicidad...

La felicidad me fluye
como sangre por las venas,
del desasosiego huye,
para no mostrarlo apenas,
Es un placer infinito
mostrarme siempre risueña,
casi, casi, inaudito,
para sentirme la dueña
de mis propios sentimientos,
de mi soledad adecuada
a otros conocimientos
y a mi andadura soñada.
Procurando simplemente,
no torcerme en mis princípios,
saber llevar el presente,
sin aferrarme a los vícios.
A estas edades, no es fácil
entrar en desviaciones
y, por lo tanto, muy frágil
conservar las ilusiones.

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