Ahora no luce mi vida,
porque se encuentra apagada
esa luz tan escondida
que se ha ido, dislocada.
Sin deseos de alumbrarme,
luchando por encenderla,
pero no quiere escucharme
y me muero por perderla.
No sé que debiera hacer
para alegrar un cariño,
que sufre sin merecer
y yo, amargada, me riño.
Su pena, es la pena mía
que no puedo remediar
y dura, día tras día,
sin poder solucionar.
Jamás creí que surgiera,
a mi edad, tan duro lance
y con lo mismo siguiera,
como contínuo romance.
Ignoro que puedo hacer
para borrar su lamento,
cumpliendo con mi deber,
pero no llega el momento.
No hay comentarios:
Publicar un comentario