Ser longeva, es privilegio
de presumir de la vida,
sin comisión y sin precio.
¡Has de estar agradecida!
Tenemos otras virtudes
que los jóvenes ignoran
y amparo de senectudes,
que nuestros genes pregonan.
Vivencias en grado sumo
y un espíritu interior,
invisible como el humo,
gracias a nuestro Señor.
Desde hoy, te considero
una amiga entrañable,
que ha empezado desde cero,
de un señorío envidiable.
De gran sensibilidad,
como persona creyente,
e íntegra legalidad
entre el mundo y la gente.
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