Alguna vez, se tropieza
con mala racha, nefasta,
sabemos cuando empieza,
no cuando nos dice basta.
Situación inesperada
que, con fuerza, te sorprende,
¿Por qué estará causada,
si la mente no lo entiende?
Suele ser desafiante,
porque se ignora el por qué
y su dolor es constante,
cuesta encontrar: ya lo sé.
Me duele la incertidumbre,
la duda, el presentimiento,
simplemente, no es costumbre
vaticinar el momento.
Se piensa en que se acabe
y nadie puede calmarte
ni un gran experto lo sabe.
¿Solo Dios puede ayudarte!
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