Sé que vas detrás de mí, como un loco,
para llevarme a la eternidad,
como a muchos de parecida edad,
advirtiéndome: "hoy no te toco".
A lo que, con instancia, me revoco,
jugando al escondite, en realidad,
parece el mismo mito de ansiedad
como el de mi niñez: "que viene el coco"
Igual a un simulacro anodino,
al confundir al niño con el viejo,
en este caso, mucho mas peregrino.
Mas hiriente y mucho mas complejo,
por el que me confundo y alucino,
se ha mostrado el dorso del espejo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario