Ahora que soy vieja,
pronto iré a visitar,
(lo tengo entre ceja y ceja)
a un portero singular.
que San Pedro debe ser,
sin dudarlo, éste será.
y él me podrá comprender:
"¿Qué has hecho en tu vivir?"
Muchas cosas, al parecer,
especialmente sufrir
y mucho amor extender,
que ha sido mi prioridad,
sin regatear, día a día;
por mi familiaridad
y el cariño que sentía.
Tanto amor he repartido
durante mi largo vuelo,
que creo haber merecido
¡un cachito de ese cielo!
No hay comentarios:
Publicar un comentario