Si
es vivir el respirar,
yo
vivo, porque respiro
y
no me puedo quejar.
Sin
embargo, yo suspiro,
porque
mi vida no es vida,
simplemente,
yo vegeto,
en
casa, siempre metida,
cada
día, como un objeto.
No
cuentan mis sentimientos,
ni
mis ansias, ni mis penas,
no
se escuchan mis lamentos
y
la sangre, por mis venas,
fluye
como el tiempo, lenta,
sin
amor, sin ilusiones.
No
se habla, no se comenta,
hay
silencio, no hay tensiones.
Me
asusta seguir viviendo,
como
vivo y como sigo,
porque
yo vivo muriendo
y
ese vivir, lo maldigo.
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