Un castillo medieval,
me trasladó a otra era,
muy lejana, ancestral,
que mi visión advirtiera.
Situado frente al mar,
muy cercano a la playa,
con torre espectacular
e interminable muralla.
Mi pensamiento voló,
hacia aquel señor feudal,
que, con boato, lo habitó,
por su esplendido caudal.
No quiero hablar del por qué,
solo pongo la mirada,
en su enclave, pues, bien se
la amplitud de la morada.
Allí, hubiera contemplado
el mar, con su oleaje,
de los buques, el anclado,
entre un hermoso paisaje.
Al mar, la luna besando,
el horizonte, lejano
Las gaviotas, volando,
en un entorno cercano.
Todo a mi alrededor:
de la olas, el murmullo,
el sol, dándome calor
y, en mi corazón, orgullo.
Amo la naturaleza,
sea cual sea su alternancia,
un cúmulo de belleza,
digna de amor, de fragancia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario