Aquel amor, en tiempo muy lejano,
que, en mi adolescencia, descubrí,
el único sublime, para mí,
lo he rescatado, hoy, de aquel verano.
Mutuo, placentero, cercano,
el mas intenso que, jamás, viví
y que, con entusiasmo, ofrecí,
unidas una mano y otra mano.
Su recuerdo, me ha gratificado.
Me he situado en aquel ayer,
casi, casi, igual que en el pasado.
He añadido alegría a mi ser
y a mi alma la he iluminado.
Ha sido una ventura, un placer.
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