La luz del día, la bendigo,
como me bendice a mí.
Tan solo, eso persigo,
desde el día que nací.
Don de la naturaleza,
que nos abre la mañana,
a un mundo, de gran belleza,
que rayos de luz, emana.
Que nos recrea la visión
y activa fuerzas y mente,
para impulsar la razón,
a sentirse consecuente.
Para programar la vida,
de por si, maravillosa
y sentirse agradecida,
a esa dádiva amorosa.
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