domingo, 3 de enero de 2016

Los años.

Sin, apenas, darnos cuenta,
los años vamos sumando,
sin creer que es una afrenta,
para envejecer, contando.
Si son pocos, ¡que alegría!
y, si son muchos, también,
aún, con cierta rebeldía,
cuando se acercan los cien.
Pero, siempre, es un placer,
esperar la luz del día,
lo que nos dará a entender,
que el alma no se desvía.
Que seguirá su camino,
con la ilusión de abrigar,
sus andanzas, su destino,
para, en el tiempo, avanzar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario