Cuantos seres, esperan, dignamente,
descongelar el ritmo de su vida,
dar sosiego a su alma, dolorida
y un giro, radical a su presente.
La lucha, estresante, de la mente,
tirana, angustiosa, desmedida,
atrofia los sentidos, confundida
con el exterior y subconsciente.
El cansancio, en fuerza se revierte,
la misma que el tiempo aminora,
buscando lo que llamamos, suerte.
Es, una indecisión, destructora
capaz de producir, hasta, la muerte.
Es, como una alimaña, que devora.
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