Los esfuerzos, tienen pago;
contraposición del vago,
que le cuesta dirimir,
su esfuerzo, para seguir.
Hay una gran diferencia,
que enarbola la paciencia,
entre uno u otro estado.
Hay personas diligentes,
digamos, inteligentes.
que animan su subsistir.
¡Así, se puede vivir!
Saben el cómo y por qué,
(me lo imagino y lo sé),
de la forma de actuar,
para, después, presionar,
en uno u otro sentido,
el periplo perseguido,
y como evolucionarlo,
para poder.acertarlo.
En cambio, para los vagos,
enmarañarán los pagos,
en cualquier obligación,
para darles solución.
Son, de enfado susceptible,
a veces, inadmisible,
por su continua ignorancia,
en toda preponderancia.
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