Nada más verte, observé,
por tu tipo y elegancia,
más tu perfil y prestancia,
que eras tal como pensé:
Una persona, educada,
sutil y llena de encanto,
por eso, y por lo tanto,
muy digna de ser amada.
Te sobra el conocimiento,
la alegría y la prudencia,
sin olvidar tu conciencia,
que es pura de sentimiento.
Sabes: que puedes contar,
con mi profunda amistad.
¡Nuestra sensibilidad,
se asemeja, sin dudar!
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