martes, 20 de noviembre de 2018

A mi niña.

No te vayas niña mía
que el corazón se me para,
tu marcha mortal sería
porque eres la que me ampara.
No es por esto solamente,
tú eres la que más quiero,
tu sentir está en mi mente
y tu compañía prefiero.
Tu vida está unida
con rigor a tu infancia
y me vería muy perdida,
¡necesito tu fragancia!
Con tu risueña carita
y tu alegre condición,
son como agua bendita
que animan mi corazón.
Seré feliz, sin embargo,
si buscas tu porvenir,
que solo estará a tu cargo
para empezar a vivir.
En presencia no estarás
porque es mucha la distancia,
pero en mi alma tendrás
la mayor preponderancia.
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