Cada vez, mas exigimos
a los demás y a nosotros;
la paciencia la perdimos
sin enrojecer los rostros.
Mucho es poco para todos
en dinero y condiciones.
si no hincamos los codos,
se enredan las versiones.
Antes, como conformistas,
nos dábamos por felices
y ahora, como elitistas,
contestamos ¿qué me dices?
Y, aún así, queremos más,
imperan los descontentos,
(lo que no ocurrió jamás),
contestaremos violentos.
Sea cual sea la situación,
el trabajo es el motivo,
buscar siempre la ocasión
para obrar en positivo.
Cuida la moderación
procurando ser consciente
de tu administración,
sin llegar a ser urgente.
Todo el día por la calle
no es el término adecuado,
puede que el deber te falle
y te sientas defraudado.
Siendo justos, no esclavos,
aprenderemos a ser
más pacientes y humanos,
es muy fácil de entender.
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