Con lo que sé, me contento,
no me irrito en absoluto
y no reduzco mi aliento,
me gusta que esté impoluto.
La costumbre se arraigó
sin enterarme, en verdad,
cuando mi mente borróc
rasgos de la humanidad.
Un día para otro, olvido
y me cuesta recordarlo,
no me importa ese descuido,
volvería a preguntarlo.
Como mi vida es rutina,
mas o menos es igual,
el ayer con hoy coordina,
si hay cambio, es casual.
Aún mi mente responde
a ciertas connotaciones,
aunque muchas las esconde
y aplica otras opciones.
Lo difícil lo hago fácil,
no me queda otro remedio,
cambiará lo triste en grácil,
si encuentro ese compendio.
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