Soy como una niña chica,
cualquier cosa me ilusiona
y, también, me reivindica
y, con orgullo, pregona.
Veo la insignificancia
tan grande como un alud,
que acepto con arrogancia
y con mi escasa virtud.
Magnífico el detalle
y no la valoración,
siempre parece que halle
mi verdadera ilusión.
Tratar conmigo, es sencillo,
muy fácil de confirmar,
me contento con el brillo.
no hace falta calibrar.
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