Aquel tiempo añorado, se acabó.
Se derrumbaron todas mis barreras,
destrozando anhelos y quimeras
y aquella luz radiante, se apagó.
Mas tarde, la penumbra consiguió,
acabar con las buenas maneras,
e izar otras nuevas banderas,
que el tiempo, sin preverlo, laceró.
Ahora, soy otra, no soy la que fui,
pero, mi idiosincrasia está a la altura,
de los eufóricos años que viví.
Efímeros, Mas, la vida augura,
impresionantes niveles, entre si
Esa es la realidad, aunque sea dura.
No hay comentarios:
Publicar un comentario