Se debe ser competente,
siempre, en cualquier caso,
sobre todo, diligente,
en el andar, paso a paso.
Cada cual, ha de prever,
la situación a tratar,
para intentar comprender,
de lo que se quiere hablar.
Si la información habida,
se asemeja a lo tratado,
mas o menos, conocida,
para ser bien enjuiciado:
Lo primero, es escuchar,
la voz de los tertulianos
y, después, participar,
en los diferentes planos.
Si el asunto es delicado
y mucha la competencia,
no te extiendas demasiado
y desgrana, con paciencia,
lo que tengas estudiado.
Sé sincero y expresivo,
después de haber escuchado
y, jamás, impermisivo.
Si algo ignoras, te reservas,
no intentes participar
y las premisas conservas,
para poder contestar.
He ahí, la moraleja:
simplemente, reflexión.
Aunque fuere muy compleja,
primará la comprensión.
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