viernes, 6 de noviembre de 2015

Similitud.

Lo que sientes tú, yo siento,
idéntica admiración.
No es un presentimiento,
es, una aseveración.
Yo te admiro, porque sé,
la calidad de tu vida,
con el cómo y el por qué,
con holgura conseguida.
Eres buena, dadivosa,
humilde, organizada,
bella, como una rosa,
de honestidad acendrada.
Me quieres, sin condiciones,
quizá, porque yo te adoro
y no son adulaciones.
Para ti, soy un tesoro,
me valoras, en exceso,
respetas mi senectud.
Una simbiosis, es eso,
de entera similitud.

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