Es, despertar a la vida,
con intenso interrogante,
bello, muy alucinante,
de albores indefinida.
De las tinieblas, salir,
para hallar la luz del día.
El sino, será su guía,
hasta el final, su partir,
hacia ciertos derroteros.
que, en su camino, le esperan,
ignorando cuales fueran:
destructores, placenteros.
Un supervivir le espera,
que lo puede conjugar,
con su criterio, al vagar,
no de estrategia cualquiera.
Ya, adelantó su llorar,
signo de inmensa alegría,
que, quizá, revertiría
en un dulce transitar.
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