Supe lo que era sufrir,
como lo sabe cualquiera
y también supe salir
del balance que tuviera.
En el trance de la vida,
no solo hay luz y rosas,
puedes quedar sumergida
en parcelas sudorosas.
Que las hay, no cabe duda,
a veces son pasajeras
y alguna mas aguda,
otras menos llevaderas.
Pero todas se han grabado
en nuestras almas, al fondo,
tanto que nos han quedado
sumergidas muy en hondo.
Lo importante es la actitud,
que debe ser lisonjera,
no toquemos la virtud
que debe quedar entera.
Todas están olvidadas.
pero a veces, las raíces
están tan fuertes plantadas,
que "nos tocan las narices".
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