Los años me enseñaron
tantas cosas a la vez,
que quizás ya se olvidaron
por el múltiplo de diez.
Vuelve a veces la memoria,
alternando los recuerdos
de una vida y de su historia,
con relativos esfuerzos.
Un día surge una escena
y al otro será distinta,
de alegría o de pena,
aunque siempre muy sucinta.
Tanto como sorprenderme
del lugar o la ocasión,
que a veces llego a perderme
de alguna motivación.
Me importa lo que soy,
no lo que fue recordable,
sensiblemente, el hoy,
que, por cierto, es agradable.
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