domingo, 19 de agosto de 2018

Sal y miel.

El otro, día paseé
con un negrito precioso,
muy tierno y "demodé",
con un caminar gracioso.
Qué diferencia de aquel
que comente el otro día,
que era hermoso como él
y con escarnio vivía.
Otra era, otra visión
distinta a la de ayer,
mejor en educacion
y en la igualdad del deber.
Abalo esta evolución
entre el color de la piel,
una grata distinción
entre la sal y la miel.
Vibro cuando hay que vibrar,
me abruma la insensatez,
me alegro al colaborar
con la extrema lucidez.



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