viernes, 10 de agosto de 2018

Flores.

Sería una mentecata
si con orgullo no expreso
una enorme perorata,
que es mi vida, mi embeleso.
Se lo merece la rosa,
por ser la más deseada,
la más fragante y hermosa
que haya sido germinada.
Pero, también el clavel
es digno de mencionar,
yo he vivido junto a él
y lo he sabido ensalzar.
Valoro todas las flores
porque me han hecho vibrar,
por su olor y sus colores,
que he sabido valorar.
El ibisco me apasiona,
por ser de un día la flor,
lo mismo que me emociona
sea cual sea su color.
Y un etcétera plural,
con la escondida violeta,
pudorosa y ejemplar,
que se ensalza por discreta.
Las flores son mi pasión,
las cultivo con esmero,
quizás con la devoción
de éxtasis verdadero.  

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