Te reluce la mirada
porque eres agradable,
en tu labor, abnegada,
excesivamente amable.
En el servicio te esmeras
y das luz a tu trabajo,
modosa, no desesperas
aún trabajando a destajo.
De la clientela te adueñas
por tus perfectos modales,
porque en ello te empeñas,
simplemente, porque vales.
Gracias por tu admiración,
aunque no tiene cabida,
pero vale, a colación
de esta amistad surgida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario